lunes, 9 de junio de 2014

MARACAY, ARQUITECTURA, ICONOS


Conservar la huella que le imprime la historia,
 no como un simple ejercicio retrospectivo,
sino porque en ella radica la clave
 del entusiasmo y placer que esta arquitectura despierta.
  (William Niño Araque)
El tiempo reciente
En Maracay presenciamos, sin tiempo para meditarlo, una sustitución en la que las coordenadas de la geografía natural y de la geografía histórica se enlaza en un raro tejido que expresa un tiempo reciente y demoledor. El tiempo adquiere aquí, a lo largo de la Avenida Bolívar o de la Avenida Las Delicias, la potestad de otorgar o cancelar vida a los objetos pertenecientes al alma de la ciudad. Esta podría ser una de las principales reflexiones que se plantea en esta exposición. La descifrable relación entre el tiempo y la arquitectura o, por el contrario, entre el tiempo y la muerte.
El primer monumento: un mausoleo. La evolución monumental que pautan los tiempos de Gómez para la ciudad es consagrada, a partir de 1919, por Antonio Malaussena,  con la paradójica intervención de un espacio sacrosanto. Esta arquitectura designa un edificio construido con el objeto de eternizar un recuerdo de las cosas memorables. Su marca urbana se erige de manera de manera que se convierte en el primer factor de embellecimiento y magnificencia en la ciudad.
La Plaza Bolívar nace como un proyecto heroico para la reconstrucción de un urbanismo monumental. Se encuadra en el tejido de una nueva ciudad sobre el espacio de tres manzanas planteando, como tema único, la evolución de la axialidad.
La Plaza de Toros constituye la segunda intervención arquitectónica realizada por Villanueva durante ese período. La monumentalidad iconográfica se concibe así como una aplicación de criterios espaciales autónomos, formales y simbólicos, unidos a la idea de una función taurina.

Teatro de la Opera de Maracay. Proyectado por Luis Malaussena y Carlos Guinand  en 1934, esta arquitectura de vigorosa volumetría revela, a través del lenguaje descarnado de sus formas, el llamado estilo moderno internacional. Con una capacidad para 1.800 espectadores, el teatro supera en calidad al Viejo Teatro Maracay (hoy Ateneo de Aragua) construido en 1928 por el Ingeniero Epifanio Balza.
Proyectado por Luis Malaussena, el edificio sede de la Malariología constituyó una de las referencias fundamentales de todo un período. Su imagen se transformó en el símbolo iconográfico que no sólo representaba la ciudad de Maracay, sino al eje de la campaña de erradicación del paludismo a lo largo y ancho del país.


Instituto Politécnico de Agricultura de Maracay: el testimonio universitario. Con la construcción del Instituto Politécnico se materializa en Maracay la vocación universitaria que tomará relevancia en la vida urbana a partir de los años cuarenta. Sede actual de las Facultades de Agronomía y Veterinaria, este conjunto urbano se proyectó en 1945, como el símbolo más descarnado de la nueva racionalidad. Su presencia urbana manifestaba la contribución de Maracay con el desarrollo del país.
Hotel Maracay: la anacronía del tiempo moderno
Manifiesto funcionalista de espacialidad, la arquitectura del Hotel se aleja definitivamente de la visión academicista y se instala en el modelo de la plena modernidad del llamado estilo internacional. Un aspecto especialmente importante de este manifiesto arquitectural (lamentablemente deteriorado) se relaciona con la infraestructura desencadenada a lo largo de sus áreas recreacionales  y de servicios que lo convirtieron durante décadas, en un centro plenamente moderno  del Maracay cívicamente urbanizado, en busca del ocio, el placer y la recreación.
La contemporaneidad
Desde la autopista de la ciudad
La Autopista encarna una realidad contundente o infinita que pertenece a la ciudad real. Curiosamente olvidada, su extensión pautada entre los Distribuidores de Palo Negro y Tapatapa cumplen el oficio de representar las puertas de la ciudad. Si el Parque Henry Pittier emblematiza el sueño de la Ciudad Jardín, la autopista representa el acceso y, como evento, debería cargarse de una rigurosa e inevitable monumentalidad. Ese trozo de la vida vertiginosa, una de las vías de mayor tránsito en el país, demarca desde Guayas a La Cabrera la antesala geográfica a la ciudad, la representación contemporánea de un trozo de esa ciudad que nadie mira pero que constituye un signo extraordinario en el paisaje total.
El Concejo Municipal o “Palacio del Pueblo” concebido por Fruto Vivas durante los años setenta, sirve de recinto y lugar de encuentro a la plaza cívica de la ciudad. Ante todo, esa arquitectura se articula sugestivamente a la ciudad sin perder la oportunidad histórica de proyectarse contundentemente. Vivas actúa de tal manera que se permite ir despojando elementos hasta excluir de la fachada todo lo innecesario, incluso la materia.

La arquitectura surge así como el punto inicial de un proyecto de recuperación urbanística que permitirá rehabilitar, para Maracay, la grandeza de la escena cívica.
La posible destrucción: preservar el carácter
Los monumentos requieren una toma de conciencia que las restablezca como puntos fundamentales para la educación. Estas arquitecturas, irrepetibles hoy en día, perpetúan la memoria de un tiempo crucial de la venezolanidad. Exigen una consideración que atienda la calidad y naturaleza difícilmente reproducibles en el futuro.
Se habla siempre de restaurar la materialidad del edificio con técnicas más o menos sofisticadas. Pero en cambio se omite la necesidad de conservar la huella que le imprime la historia, no como un simple ejercicio retrospectivo, sino porque en ella radica la clave del entusiasmo y placer que esta arquitectura despierta. En Maracay se ha banalizado la ocasión para reinstalar los datos monumentales originales con los que se podría haber hecho un montaje espectacular.



(Este artículo fue publicado por William Niño Araque en  el diario El Siglo el día 8 de diciembre de 1996). Las fotografias no son las originales del articulo del libro, extraidas de varias fuentes las he incluido en mi tesis doctoral
Maracay, modernización de la ciudad 1908-1958, en Saber UCV

2 comentarios:

  1. Es importante decir que en maracay existen patrimonios un tanto olvidados debido a la accion del hombre esto dado por el tiempño y porque para los aragueños ha perdido importancia. Considero que en mi opinion personal estos patrominos que fueron dejados por gomez o por otros gobernantes deberian ser cuidados y protegidos ya que muestra la huella imborrable que son para el estado, existe muchas personas que creen que el gobierno de Gomez fue malo pero yo solo puedo decir que aunque fue duro dejo grandes obras para maracay lo cual pece a que ella ha cambiado todavia puede llamarse ciudad jardin. Gomez no se equivoco al elegir a mi bella ciudad de verdad...Gracias benemérito por la maestranza, la plaza bolivar, la ucv y mas!

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  2. Desde hace muchos años a medida que fueron pasando los gobiernos en Venezuela, se fue dejando ciertas arquitecturas y patrimonios importantes de Maracay, dichos patrimonios deben ser protegidos, conservados y restaurados por el estado conservando su estructura original ya que ellos están en el deber de hacerlo, y también por los mismos ciudadanos ya que todas estas obras forman parte de nuestra historia de Maracay y a su vez estas construcciones resaltan nuestra cultura con sus características distintivas. Es bueno saber que existen estos blogs que nos enseñan la historia de nuestra Maracay.
    (Daniela Mota, venezuela contemporánea, sección 007 )

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